Viernes 7 septiembre por la noche, recién se cumplió el primer aniversario del sismo de 8.2 grados Richter que sacudió la Ciudad de México y que dejó gran afectación en Oaxaca y Chiapas. Volvió a temblar. El epicentro ésta vez fue en Diarquía y derribó el Auditorio Black Berry.
2 mil 500 personas, de acuerdo con los organizadores, se dieron cita para la presentación del EP “Diarquía” que antecede a la producción de Oslo, el siguiente LP de Tino el Pingüino, producido por Ferdinand González y que llegará en invierno.
Abrió Noa Sainz, una MC de Saltillo que en palabras de Tino es una “morrita con huevos, sabe lo que hace, sabe lo que quiere”, incluso al calor del micrófono se sinceró y nos confesó un secreto, “les voy a decir una cosa, yo no la invite a tocar al BlackBerry, la morra me escribió y me dijo, ¡hey! quiero jugar en el BlackBerry y yo dije, ¡ahuevo, mami!»
«Cuando quieres algo vas y haces lo que tengas que hacer para conseguirlo, no van a ser felices hasta que no tengan lo que verdaderamente quieren”, sostuvo con sapiencia. Y tiene razón, creo que incluso esa filosofía es parte de su carrera, ir por algo y no descansar hasta conseguirlo, reinventándose siempre, cada disco es un juego nuevo.
El ambiente era tenso por la expectación, a la que se sumaba el reciente deceso de Mac Miller unas horas antes del show, lo intentamos aliviar con un par de cervezas. Mac es uno de los raperos favoritos de Tino, así se lo confesó a Davo, mi compañero en ésta aventura, que a su vez me lo confesó a mí, “una vez en una entrevista para presentar De Vuelta En El Lodo”, me explica entre tragos. Va a salir inspirado, es la hipótesis del equipo y se cumple.
Noa subió al escenario con dos bailarinas que la escoltaron enérgicas durante cuarenta y cinco minutos, después tocó el turno a Fermín Sánchez, entre cada uno de los teloneros, un mix con canciones de Mac Miller, “Frick Park Market” una de las más celebradas por el público. «Te lo dije», me dice Davo. Un discreto pero contundente homenaje al rapero estadounidense, que de acuerdo con los primeros reportes, fue víctima de una sobredosis de narcóticos.
“Muchas gracias, los dejo con Fermín, ya están cada vez más cerca de Tino el Pingüino”, se despide Noa, firme, segura de sí misma, con una sonrisa de satisfacción entre los labios. Al margen de la crónica, un comentario, seguro que se le viene una carrera firme, si continúa con esos proyectos tan frescos que hicieron mover la cabeza a todos los que esperábamos a Tino.
Fermín, guitarra en mano, canta nada más tres canciones de su nuevo material de solista, que está por estrenarse y adelanta 10 minutos la salida de Tino, programada originalmente para las 21.40 horas. “Una buena y una mala, la mala ya terminamos, la buena ya viene Tino, con ustedes… Tino el Pingüino”, dice Fermín al despedirse y provoca el bullicio de una bandada de más de 2 mil almas sobre la pista.
De entre la obscuridad, primero salió Ferdinand, tomó posesión del tornamesas colocado sobre una estructura, adornada con el clásico logo de la T que brilla cuando el foro se queda sin luz, después el escenario se torna azul y Tino sale caminando despacio, vestido todo de negro, con gorra gris y unos tenis blancos, en su andar se lee ese aire de quien domina el escenario, disfrutando del público que coreaba su nombre.
“Vamos a hacer esto, ¿o qué pedo, banda?”, contesta a las arengas, sin más, fue directo a los primeros versos de Cuando Piensas en Mi:
«Me gusta cuando piensas en mí, Que me cuentes todo antes de salir y siempre estés por ahí, Que si te busco te hallo my queen, Que te dé ternura el Rayo McQueen, el pinche Rayo McQueen...»
Y entonces se soltó con una energía en escena que yo nada más le he visto a Mick Jagger, se contoneaba, bailaba, se emocionaba, jugaba a que el micrófono lo jalaba, conectó con su público. El setlist enseñó más de los seis adelantos de Oslo que ha ido soltando como sencillos durante el año.
Repasó clásicos como «Lejos» y «Testarudo y al Rescate», pero con nuevos arreglos de la mano de Ferdinand que se animó con un bajo y un teclado en vivo. Mención especial a Devuelta En El Lodo al que le sustituyeron el intro por un beat casi hipnótico.
Después de la primer canción, se dirigió al auditorio para hacer una petición “que pongan atención, que volteen a su alrededor, venimos a compartir y recibir algo, vamos a hacer de esto un espacio de confianza, busquen allá atrás en la barra, entres sus bolsillos, busquen ese alguito. Durante una hora y media o no sé cuánto chingados dure esto…esto se trata de Tino el Pingüino”.
“Esos períodos en los que, por una u otra pinche razón te sientes de la verga y estás en el pinche hoyo, son estados peligrosos si no estás rodeado de la gente adecuada, te lo puedo decir, más que ese pinche estado mierda, esta rola de lo que en verdad es de la banda que te saca de ese pinche lugar”, dedicó antes de entonar GIF y advirtió “el 90% de que tú estés bien, depende de quién estás rodeado ¿ok? Escoge bien de quién te rodeas”.
22.15 – 22.21 INTERLUDIO
Después del interludio de seis minutos, regresó para estrenar Época, se paró frente a todos y soltó sardónico “¿si saben que yo veo en el futuro, no? Casual, veo en el futuro, ahora lo saben, ésta siguiente rola es un nuevo clásico de este proyecto, se los puedo decir hoy en día, se que ha pasado una semana, se que ésta mierda se está asentando apenas en la cabeza, en el corazón de ustedes, ésta es la primera vez que tocamos ésta mierda, dura ocho pinches minutos, porque literal, me vale verga, siempre me ha valido verga si esto es radiable o no, nunca me ha interesado hacer música condescendiente, nunca he dudado de la capacidad de mi público de apreciar las piezas largas”.
En pleno sermón se emocionó por el cariño del público que entre bulla y bulla no lo dejaba ni terminar sus oraciones, “quiero agradecerles la emoción que me están dando, cada una de las emociones las tengo aquí en la pinche mano, las tengo adentro del pecho y se las quiero regresar”.
Dominaba el escenario, dominaba sus respiraciones, cada una de sus entradas al beat. De Sé Que Esperabas la Lluvia aseguró que “es una mierda bastante personal que quiero compartir con ustedes, a mí si las cosas no son personales, no me interesa compartirlas”. El estruendo ensordecedor del público, se le abalanzó. Otra vez.
De repente, preguntó “¿si saben que tengo otra banda con este güey?” mientras señalaba a Ferdinand, “tenemos ésta banda, tenemos otra banda también” y entonces invitó al escenario a Fermín Sánchez, con el que forman The Guadaloops.
A Fermín lo considera como “una de las personas que musicalmente más me ha enriquecido y personalmente me ha brindado compañerismo, me ha brindado su corazón, me ha brindado su sabiduría, me ha brindado sus palabras”. Tocan Nunca Es Tarde. A la mitad de la pieza subió todo el crew presente, el escenario una fiesta familiar.
Intempestivamente, en uno de los coros de «Enamorado» decidió bajar del escenario y correr por toda la zona del pit de prensa, dos o tres vueltas que vuelven locos al personal de seguridad. Terminó parándose sobre una de las vallas, dejándose querer por los afortunados que estaban hasta adelante, fotos, abrazos y besos. Irónico, pues se prodigaban amor mientras todos entonaban “creo que estoy enamorado de mí, enamorado de mí”.
Se acercaba el final, David y yo lo intuíamos, lo intuía también la chica que coreó todas las canciones a lado de nosotros. La primer pista del ocaso llegó con un clásico, tal vez el que impulso la carrera que empezó con jalapeños en cerdeña, “vamos a ver si después de seis años, es tan divertido para ustedes como lo es para mí” y el BlackBerry entiende que todo había sido un mal sueño.
De repente, en las alturas de los palcos se alcanzan a distinguir dos siluetas, son un par de hombres que soltaron unas pelotas gigantes cuando la voz de El Antihéroe Favorito anunció, “con ésta cerramos”. Empezaron los primeros acordes de Fractúbela, es la media noche, todos sonreímos, pero con nostalgia, estoy seguro de que el que más sonrió fue el chico que estuvo pidiendo Fractúbela a gritos toda la noche, detrás de nosotros. Nunca le vi la cara, pero de un modo u otro lo supe.
Franco lo dijo al inicio, venimos a compartir y dejar algo, me llevo toda la energía que dejó en el escenario y el cariño de la gente, les dejo a cambio ésta crónica y David sus fotos. Vamos a comer, regresamos pronto.