Algo que nos caracteriza a los latinos es la fiesta que llevamos dentro, porque al son que nos toquen bailamos. Fue así como conocí la música afroperuana, en una sala llena de limeños, colombianos y mexicanos, moviendo las caderas y agitando las manos al ritmo del festejo peruano. Interpretado por un coro de potentes voces, acompañadas por Andrea Robles en el cajón y Mario Yacarini en la guitarra acústica. Todos ellos, talentos del centro cultural La Nueva Semilla de Percy Vergara en Lima, Perú.
Poco después supe que esos limeños nos estaban compartiendo sus raíces, pues la música afroperuana, también conocida como música negra o festejo, fue creada por esclavos africanos llevados a Perú por españoles, es por eso que podemos encontrar letras en tono alegre que hablan sobre el sometimiento que sufrían.
El festejo es un ritmo alegre repleto de energía y hasta la fecha tiene gran protagonismo en fiestas populares. Los instrumentos más utilizados para el género son: la quijada de burro, congas, bongó, guitarras acústicas y el cajón peruano, ancestro del cajón flamenco; todos estos acompañados por las palmas de intérpretes y público.
Entre los grandes intérpretes del folclor peruano encontramos a Porfirio Vásquez, conocido como “el patriarca de la música negra”, siendo el primero en enseñar la danza del festejo adaptando pasos de diferentes bailes. Su hijo, el cantautor Pepe Vásquez, siguió con la herencia musical y entre sus éxitos compuso el tema “Ritmo de negros” como homenaje a su padre.
La canción fue popularizada por otro icono de la música peruana, Eva Ayllón, la culpable de que en mis huesos haya más festejo que tuétano. “Ritmo, Color y Sabor” es, sin duda, uno de los hits de Ayllón que deben escuchar, deleitense con el video de su interpretación en vivo, mientras conocen más sobre la historia de la música afroperuana, van a terminar con razones de sobra para que este ritmo no falte en su mejor playlist, porque sí o sí empiezas moviendo un dedo y terminas armando un festejo.