Cuando Babasónicos lanzó Jessico en 2001, nadie sospechaba la importancia de aquel disco.
Cinco álbumes respaldaban la trayectoria de la banda al inicio de la década pasada, pero el término del contrato que los vinculaba con Sony Music fue el detonante para cambiar el estilo de la música de la banda (traición para algunos de sus fanáticos) hacia el género pop-rock.
Apenas 41 minutos distribuidos en doce temas, convirtieron al disco en un hito para la música argentina, tanto para el público como para la prensa especializada.
Y es que desde Los Calientes, la narrativa simplista logra colocar todas las canciones, tanto en el inconsciente personal como en el colectivo. El trance por Fizz y Deléctrico determinan las ganas de bailar, mientras que Soy Rock y Pendejo se postran como un guiño al rock.
Justo a la mitad del elepé se encuentra uno de los himnos latinoamericanos de la música alternativa; El Loco, que sirvió como primer sencillo y punta de lanza para colocar a Babasónicos a la misma altura que leyendas del rock argentino, como Soda Stereo o Los Rodríguez.
La dualidad entre La Fox y Toxica, muestran la capacidad de reinvención de la banda, mientras que Rubí y Camarín muestran la faceta cursi, tanto en la melodía como en la lírica, finalizando con guitarrazos en Atomicum, lo que pone de manifiesto la capacidad interpretativa de los músicos.
La importancia del álbum se extendió con la edición del sencillo Deléctrico y los álbumes de remixes Jessico Dance Mix y Jessico Mega Mix, además del lanzamiento de Carolo, disco de “Lados B”, once años después del lanzamiento de Jessico.
Gracias a aquel disco, Babasónicos alcanzó la fama internacional, como una de las bandas más importantes para aquella generación, y que aún al día de hoy los mantiene en un puesto importante dentro del rock iberoamericano, aunque no hayan logrado repetir el éxito que les significó Jessico.
@ArellanoPalma
david zuriaga
El bato que escribe de rock, toma fotos a bandas y que toma café, me gusta el Punk. Freelance