Vamos al grano con este álbum: más de lo mismo no siempre es lo mejor.
Durante la promoción previa al lanzamiento del 5to disco de Kasabian la banda aseguraba que este disco sería un giro en cuanto al sonido que han entregado y que ha volado cabezas, escenarios y pistas de baile; pero la verdad es que esta entrega no suena muy distinta a sus placas anteriores, y en realidad se queda demasiado corta frente a las mismas.
Es cierto que Kasabian en vivo ofrece shows memorables, llenos de vitalidad, energía y frenesí al puro estilo hooligan; pero este no es para nada un disco imprescindible ya no digamos dentro de los discos de este año, sino dentro de la misma discografía de la banda.
A decir verdad, si no se disfruta en vivo (y eso no todos los tracks), puede resultar tedioso por sus ya conocidos ganchos y mixes de rock, psicodélia y electrónica, el problema es que este disco es demasiado obvio, se siente que la banda está buscando dar el hitazo y se pierde la credibilidad. Al ser más de lo mismo, el estilo arrogante y mesiánico que profesan se vuelve una caricatura.
Claro que hay tracks rescatables como “Bumblebee” donde se siente un poco más realista esa actitud agresiva y retadora; o la baladesca “S.P.S” que tiene un corte más pop; después de todo Kasabian es más una banda que entrega tracks madreadores que discos memorables.
Sin embargo este disco parece haber sido hecho para cumplir, para hacer brincar a todos cual borregos ante la primera banda que se regocije de una buena fama; nadie se quejaría comúnmente por que a todos nos gusta sentir catarsis en vivo, la cosa es que no hay que dejarse ir por apariencias y alabar demasiado a falsos ídolos.
@LenoBear
david zuriaga
El bato que escribe de rock, toma fotos a bandas y que toma café, me gusta el Punk. Freelance