Al ser una banda de rock de chicas, el nombre remite instantáneamente a su género, tanto en lo musical como en el estereotipo, a pesar de que el significado del nombre proviene del ruido que se utiliza para realizar mediciones acústicas.
Y es que en 2010, la aparición repentina del EP de la banda integrada por Alejandra Moreno, Daniela Sánchez y Carla Sariñana, sorprendió a la escena local con un sonido estruendoso, poco explorado y explotado por las mujeres.
“Dentro” fue el primer corte de difusión y con el que abre el disco, potente y con riffs precisos, que pronto se colocaron en el gusto del público. Después “Consecuencias”, con la voz distorsionada, se coloca como otro tema a resaltar.
Al llegar al tercer tema, “Miedo a caer”, se nota la lírica como una debilidad, sin propuesta, vacía, pero que puede ser corregida, mientras el sonido no decrece.
Cuando “Nada” suena, se explora un lado más armónico y se utiliza el recurso de la repetición. La segunda mitad del disco, sólo confirma el sonido, “Mildred”, “Sin ver” y “Más”, no se muestran como canciones para la posteridad, sino como temas de relleno, pero la última canción; “Días de verano” se presta para mostrar nuevamente ese lado melódico, con la potencia de los guitarrazos y los tamborazos, sin necesidad de gritos, pero con una voz que engancha.
Con esos 25 minutos, Ruido Rosa se incrustó en la escena nacional, demostrando que las mujeres de la escena no sólo son Ely Guerra, Julieta Venegas, Ximena Sariñana, Carla Morrison o Natalia Lafourcade.
Por Jair Arellano Palma
david zuriaga
El bato que escribe de rock, toma fotos a bandas y que toma café, me gusta el Punk. Freelance